Entonces, el príncipe decidió negociar conmigo, o sea, con la muerte, la vida de su criado por la de el, y así lo hizo decidiendo morir y salvar la vida de su trabajador. Este príncipe llamado Jaser paso a ser de ahí en adelante un legalista recordado por todas las generaciones de reyes y reinos que transcurrieron hasta el día de hoy.
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