jueves, 9 de diciembre de 2010

Donde el fuego nunca se paga


Luego de cruzar por el ultimo pasillo, todo era blanco, sin embargo, empezaba a escuchar voces, voces que poco a poco se escuchaban más cerca; no habia espacio determinado, solo voces en el vacio, luego las voces se fueron limpiando, cada vez se escuchaban más claras, hasta que pude distinguir una dulce y suave voz de mujer.

Luego, de repente, las voces se desaparecierón y apareció nuevamente Oscar, ibamos camino al hotel, a la misma habbitación, y allí como en veces anteriores nos entregamos uno al otro. Después todo se desvaneció; volví a escuchar las voces, pero esta vez, abrí los ojos ; cuando reaccioné, un hombre casi desnudo se encontraba encima de mí, grité y el se asustó y se tiró de la cama; al ver a mi alrededor me di cuenta que estaba en un habitación de hospital, el hombre,por su ropa supuce que era un doctor. Estaba asustada , lo único que me salía era preguntar que hacia en ese lugar, en eso entró un enfermera y al escucharme, decidió contarme, me dijo que habia pasado mas de 30 años en coma , tras el impacto que me causó la muerte de mi padre. No podía creerlo, entonces todo aquello que creía haber hecho nunca existió, Oscar fue producto de mi imaginación. La enfermera  se fue y el doctor se quedó, por lo que le pregunté qué hacía sobre mí, me contó que desde que llegue, se habia enamorado de mí, y de vez en cuando, le gustaba hacerme suya; mi mente no pudo asimilar todo eso, la impresión fue tan grande que mi mente no lo aceptó y de nuevo caí en el profundo avismo en el que me encontraba, todo nuevamente se volvió blanco, ya todo era nada.

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